A un niño muerto
Infancia, oriente del dolor
Y su grandeza,
Réquiem para tu corazón,
Alerta mi memoria.
Dios habitaba en ti
Calladito como los muertos,
Cantil de los sueños asesinos
Y de las alas en ruina
Y entre mis manos, fuego
Sueño vencido en el poema,
Llanto,
Que repta en llamaradas
De urgencia hasta mi verso.
Y entre mis manos
Piedad,
Piedad tan fiera
La de mis manos roncas
Entre los entresijos del tiempo
Y entre tus manos
Tienden las mías
El estéril puente
Del olvido.
Otra ronda de sal
Para la muerte.
ESTRELLA N.
1 comentario:
Me han encantado tus poesías, Estrella ¡escribes muy bien! Espero que sigas escribiendo más poesías para poder leerlas. Un abrazo. Alba
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