Recientemente hemos sufrido la
ausencia permanente en el centro de día de nuestro compañero Andreu por causas
ajenas a la salud:
Pasan los años y de repente
hechas la vista atrás rememorando momentos que te marcaron, momentos en que
trataste mal a alguien que no se lo merecía. Momentos en los que debiste hacer
otra cosa distinta, otra forma de actuar que quizás te habría dado una vida
mejor.Reflexionando una y otra vez recreas el comportamiento y personalidad de
todas las personas que en algún momento te importaron y que se han perdido en
el recuerdo.
Que duro es cuando vas a hacer
algo cotidiano como tomar un café y te
encuentras con la terrible ausencia de la persona querida, sin su conversación
y compañía siendo esta una bofetada en
toda la cara que te ofrece el destino y que te enseña el agarrotamiento que da el tiempo que
conforma tu vida, el vacio que te embarga al tener presentes expresiones, detalles,
particularidades de cada uno que desembocaron inexorablemente hacia el cariño,
la amistad y el amor.
Quien no se ha pasado semanas y
meses pensando en la persona ausente y de repente sin darte cuenta se agolpan
ante ti ideas obsesivas sobre esa
persona que habrá sido de ella, donde vive, habrá muerto?
Estos recuerdos son látigos que
flagelan el alma y te torturan sin poder impedirlo.
Intentas darle un sentido y un
porque pero ya no se puede hacer nada la persona ya no entra en la senda de tu
vida y si por casualidad no ha fallecido y te la encuentras acontece la
incomodidad de haber hecho migas con un extraño, ya que has olvidado y cortado
la cuerda que te unía a ella y la
repudias despachándola con un frio saludo hacia un alguien ajeno y totalmente
desconocido para tí.
Cuantas veces buceando en el
sueño de la noche no has pensado semiinconsciente en una vivencia compartida y
te vuelves a encontrar con un cumulo de sentimientos profundos y certeros
sentimientos que habías olvidado en las arenas perdidas del tiempo y que cuando te despiertas sobresaltado te olvidas
al cabo de media hora.
Por favor no olvidéis a las
personas que solo te han hecho bien y
que por trágicas circunstancias ya no comparten tu vida para todas ellas siempre
hay que encontrar tiempo, no lo hagas por el simple egoísmo de que no tienes a
nadie más, sino porque esa persona se merece una imperiosa justicia, una atención que seguro que siempre
querrías recibir tú.
Todavía no entiendo porque se
oxida tanto el plano afectivo por exceso, por defecto quien sabe no alcanzo a
comprender la insensibilidad a la puede verse sometida una persona el grado de
aplanamiento moral que se adueña del enfermo ya que esta es la palabra justa
que únicamente describe el comportamiento del pasar de todo, de no echar de
menos a alguien que siempre era el primero en visitarnos en los ingresos y
siempre tenía un bondadoso como estas?
cada vez que te veía .
De esta manera a mí también me
han hecho daño un sin fin de veces pero casi siempre me ha quedado el alivio de
haber intentado continuar con la relación en cuestión y que al menos he hecho
todo lo posible por hacer lo correcto, por intentar recuperar el alma bella y
cándida que un día me cautivo o recuperar la comprensión con la que solía
tratarme, acabando todo ello después con el rechazo y la perdida por el simple
albedrio de esa misma persona.
Desde luego es cierto que la
gente cambia pero no dejéis nunca de lado a alguien que te hizo feliz por el
simple hecho de hallarse a tu lado, por el hecho de haber envejecido juntos
pasando innumerables situaciones problemas y multitud de diversas vivencias que
un día formaron un pilar solido y firme en tu vida.
Con todo este sermón os animo a
que seáis vosotros mismos y decidáis por vuestra propia cuenta que o quien
persona sustenta vuestra vida, si merece
realmente la pena vivir eternamente en el egoísmo y el rencor, en la
indiferencia o el orgullo siendo incapaz
de dar la segunda oportunidad que todo el mundo se merece.
Sin nada más que añadir que cada
uno cargue con su propia conciencia yo pobre y desgraciado iluso seguiré con
mis sueños de un mundo idílico en el que nunca sobren las palabras “te quiero”.
Leandro
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